Bienvenidos a Inspira, el blog de CHALANA.
Sobran blogs y falta tiempo para leerlos. Esto es así. Y más aún en el expansivo universo del marketing, la comunicación y la publicidad. Por eso trataremos de aportar aquí algo diferente, de valor y realmente inspirador. Hablaremos de las cosas que nos gustan y nos alegran el día a día. A veces tendrán que ver directamente con nuestro mundillo (campañas de publicidad que nos parecen estupendas, estrategias de marketing interesantes, etc.) Otras veces nuestros post irán sobre discos, series, fotografías, películas, arquitectura, libros… Todo aquello que nos ilusiona y nos influye positivamente a la hora de realizar nuestro trabajo.
Hablemos de una cosa o de otra, el objetivo está claro: que al salir de nuestro blog tu vida sea un poquito mejor que cuando entraste en él. Así que naveguemos juntos, proa a la tormenta.
¡Zarpamos!
Most Beautiful Island: “El Juego del Calamar” en 80 minutos (y con más clase)
Ahora que la serie de Netflix “El Juego del Calamar” está en boca de todos (vaya por delante que no tenemos nada contra ella, y que nos ha parecido tan entretenida como a la mayoría de los mortales) se nos ha venido a la cabeza una pequeña gran película que comparte cierto planteamiento y coordenadas argumentales. Hablamos de “Most Beautiful Island”, dirigida, escrita y protagonizada (casi nada) por la española Ana Asensio.
Sin destripar aquí su argumento, esta historia minimalista ambientada en Nueva York contiene la esencia y la personalidad necesarias como para trasladar un mensaje que funciona bien tanto a nivel superficial (trama entretenida) como a nivel existencial (ese simbolismo latente).
Y ya que estamos hablando de este tipo de historias, relacionadas con personajes en serias dificultades que terminan recurriendo (desgraciadamente) a “organizaciones” sórdidas como vía de escape, aprovechamos para recomendar enérgicamente otro par de joyitas a menudo sepultadas entre las miles de películas que se estrenan cada año: “13 Tzameti”, del georgiano Géla Babluani, y “Magical Girl”, del español Carlos Vermut.
Sound Of Metal: mucho ruido y bastantes nueces.
Son tiempos en los que cada vez cuesta más encontrar películas que merezcan la pena, y por eso tropezarnos con “Sound Of Metal” fue toda una alegría. No es que sea una obra maestra, ni mucho menos, pero cuando la vimos en Amazon hace ya unos meses (antes de sus nominaciones a los Oscar) tuvimos la oportunidad de disfrutar de una historia minimalista pero cargada de simbolismo, de unas interpretaciones notables, y de un mensaje profundo y optimista ante la adversidad (al menos así lo interpretamos nosotros).
Tampoco podemos negar que somos del “Team Riz Ahmed”, algo que seguro ayudó a que nos gustase esta historia en la que él es el protagonista. En cualquier caso, lo que no parece casualidad es que algunas de las películas más interesantes de los últimos años hayan girado en torno al mundo de la música, y no nos referimos a la sobrevalorada Bohemian Rhapsody, sino a maravillas como “Whiplash”, o incluso la más comercial y cursi “Ha nacido una estrella” (disfrutable gracias a la química entre sus protagonistas).
En fin, como dijo Nietzsche: “la vida sin música sería un error”. Que nunca deje de sonar, aunque solo sea en nuestro interior.
Antidisturbios: verdad.
Llevábamos un tiempo ya sin recomendar alguna serie en nuestro blog “Inspira”, y ha llegado la hora de ponerle remedio a eso: os recomendamos, sin duda, la serie española “Antidisturbios”.
Dejando al margen que hoy en día esté de rabiosa actualidad este tema, lo cierto es que se trata de una de las mejores series estrenadas durante los últimos tiempos en España. Y gran parte de culpa de ello la tiene su director, Rodrigo Sorogoyen, que ya en la película “Que Dios nos perdone” dejaba claro que es uno de los mejores cineastas españoles a la hora de rodar secuencias de acción, así como en la construcción de personajes angustiados, tensos y repletos de luces y sombras.
La serie, disponible en movistarplus, funciona como un reloj ya desde el minuto uno, con esa secuencia inicial que es una de las mejores presentaciones de personaje que hayamos visto en mucho tiempo. A partir de ahí, los giros de la trama, la química entre los personajes, las interpretaciones de los actores y actrices… convierten a esta serie en algo más que un entretenimiento recomendable.
Junto a producciones como “La Peste”, esta serie marca lo que creemos que debería ser el camino a seguir por esta industria nacional de las series de ficción. Ambas tienen algo en común, algo que cuesta mucho encontrar en series o películas hoy en día, y que es fundamental para atrapar la atención del espectador y la admiración de la crítica: tienen verdad, y eso es mucho decir.
“Halt and Catch Fire”: innovación y emprendimiento a fuego lento.
Halt and Catch Fire, que actualmente puede verse en Filmin, es una serie cocinada a fuego lento. De estas en las que a veces parece que no está pasando nada, pero realmente sí: pasa la vida, y lo hace delante de tus propios ojos. De ti depende darte cuenta o no. Disfrutarla o no.
Ambientada a comienzos de los años 80, la serie relata básicamente la vida de cinco personas vinculadas de diferente forma al mundillo de la informática. Está el visionario, el ingeniero, la programadora, la empresaria y el veterano. Son años excitantes, claro, de grandes avances tecnológicos en ese campo, y de la mano de estos protagonistas vamos viviéndolos en primera fila: el nuevo ordenador personal portátil, los videojuegos en línea, los buscadores, etc.
Paralelamente a esos hitos tecnológicos, lo que de verdad le aporta alma y valor a la serie son sus personajes. Perfectamente construidos, y con una dinámica (y química) entre ellos que ya quisieran muchas otras series. Inevitable no empatizar y emocionarse, para bien o para mal, en algunos momentos clave de sus cuatro temporadas.
La sombra del siempre controvertido Steve Jobs planea continuamente sobre el guión, pero lo que verdaderamente nos ha gustado, e inspirado, es ese mensaje latente de que no siempre se gana. Algunos “Steve Jobs” (seguramente muchos) se habrán quedado por el camino, y pese al “stay hungry, stay foolish”, no siempre hayan podido llegar hasta el final de aquella carretera que aparecía en la foto del anuncio que inspiró al genio de Palo Alto. Pero… ¿qué importa no llegar al final, si has disfrutado tanto durante el trayecto?
“El Colapso”: la oscuridad ya está aquí.
“El Colapso” es una mini serie francesa que se puede ver actualmente en Filmin. Su reciente estreno en España ha levantado bastante expectación durante estas últimas semanas entre la comunidad “seriefila” y sus alrededores. Vaya por delante que la serie está bien, nos ha gustado, pero como suele ocurrir últimamente en la cultura popular, tan influenciada por las redes sociales, en cuanto hay algo que merece la pena (un disco, una película, una serie…) muchos exageran sus reacciones, situándolo rápidamente como si fuese una obra maestra atemporal. Y tampoco es eso. Así que como decían los Arctic Monkeys hace ya unos años: “dont believe de hype”.
Como su propio nombre adelanta, la serie plantea un escenario muy oscuro, casi sin esperanza, que en cualquier otro momento habríamos calificado de futuro exageradamente catastrófico, de distopía, pero que hoy en día no parece estar tan lejos, por desgracia para todos. Básicamente estamos ante un “sálvese quien pueda”, pero que nadie espere escenas gore, violencia gratuita ni nada por el estilo. El guion va más hacia la vía sociológica, hacia el egoísmo y el puro instinto de supervivencia que todos poseemos. En ese sentido, el enfoque es muy similar a otra serie de referencia en los últimos años “Black Mirror”, y cuya primera temporada recomendamos sin duda alguna.
Dejando al margen lo bien rodadas que están todas las secuencias, lo más llamativo de “El Colapso” quizá sea el formato ultra resumido de sus capítulos. Ocho capítulos con una duración media aproximada de 20 minutos cada uno. Esto tiene dos lecturas, desde nuestro punto de vista. Una positiva: es ciertamente innovador y valiente reducir hasta tal punto el esqueleto de cada capítulo, y la cosa funciona bastante bien en la mayoría de ellos. Y otra negativa: algunas de las historias y personajes que la serie esboza en esos 20 minutos merecían más profundidad y la sensación es de oportunidad desperdiciada. En cualquier caso, la serie deja a uno con ganas de más, algo que siempre es buena noticia en estos casos.
Unorthodox: la serie de Netflix que parece de HBO
La serie “Unorthodox” ya lleva unos cuantos meses disponible en Netflix. Se estrenó a finales de marzo, en pleno confinamiento provocado por el odioso Coronavirus, y la verdad es que ha sido una sorpresa agradable porque si bien es cierto que la temática, a priori, puede dar algo de pereza, luego resulta ser una mini serie de una calidad alta, con unas interpretaciones realmente buenas y una trama que combina bien el thriller con el drama romántico.
Por si fuera poco, tiene algún punto de humor algo absurdo que no está nada mal (provocado claramente por lo ridículas que resultan ya ciertas creencias y tradiciones, como pueden ser las de la comunidad ultraortodoxa judía). Todo fluye tan bien, tan interesante, sin giros efectistas de guion, que uno tiene la sensación de estar viendo más una serie de HBO (siempre llevadas con sobriedad y con un nivel de calidad alto) que de Netflix (en donde abundan más bien las series de nivel medio, más olvidables y menos profundas que las de su competidor). En definitiva, una excepción inesperada que celebramos, y que os recomendamos.
Día Mundial de los Océanos: Blue Planet 2
Hoy es el Día Mundial de los Océanos y no se nos ocurre una mejor manera de celebrarlo que recomendando la que, para nosotros, es la mejor serie documental de la naturaleza jamás rodada: Blue Planet 2.
Durante más de cinco años el equipo de la BBC se recorrió de punta a punta los mares y océanos de nuestro Planeta, grabando con técnicas subacuáticas nunca antes utilizadas, y obteniendo como resultado una producción que supera todas las expectativas de este género. Así lo demuestran también las enormes audiencias cosechadas por la serie en países como EE.UU., China o Reino Unido.
Sin duda, es una recomendación casi obligatoria para todos los que amamos nuestra Tierra, y de manera muy especial el Mar. Además, la obra ayuda a concienciar sobre la importancia de mantener a salvo ese hábitat inigualable. Reaccionemos antes de que sea demasiado tarde, evitemos al máximo el uso de plásticos absurdos. Larga vida al Mar, larga vida a nuestro plantea Tierra.
DEVS: el pecado original en formato palomitero.
DEVS es una mini serie (tan solo 8 episodios) que mezcla con bastante acierto el thriller con un trasfondo ético y existencial. Esto le da un toque diferente respecto a las producciones de este género tan manido ya. El director de la serie es Alex Garland, que empezó a sonar al gran público gracias a películas como “Ex Machina” o la (para nosotros) sobrevalorada “Aniquilación”.
Más allá de la intriga que rodea al típico “misterioso asesinato”, la serie engancha por su planteamiento cercano a la distopía, sin llegar a perder un cierto realismo mágico que le sienta fenomenal. Logra combinar correctamente la acción y el entretenimiento con conceptos tan áridos como el de la física cuántica, y eso no es poca cosa en los tiempos que corren, donde cada vez cuesta más encontrar series originales que merezcan la pena.
Quizá podríamos ponerle como pegas un final algo abrupto (mal habitual en la Ciencia Ficción), y que en general toda la producción respira cierta pretenciosidad. No obstante, creemos que a pesar de eso, merece la pena verla. Disponible actualmente en HBO.
“Nunca choveu que non escampara”: reducir costes, aumentar la inversión… y no rendirse.
Poco pesimismo cabe añadir a la ya de por sí dramática situación que nos ha tocado vivir a todos por causa del Coronavirus. Dejando al margen las pérdidas humanas, que obviamente son lo peor que nos ha traído (y traerá, por desgracia), todos hemos escuchado y leído explicaciones sobre la tremenda crisis económica que ya hemos empezado a sufrir.
No tendría ningún sentido tratar de negar o suavizar las dimensiones del problema al que nos enfrentamos. Quienes hablan de “la peor crisis económica desde la 2ª Guerra Mundial” son personas que sabe muchísimo más que nosotros de economía, y desde luego que su discurso parece bien argumentado. Salir al mercado ahora mismo, por seguir con el símil bélico, es algo así como desembarcar en Normandía. Desgraciadamente muchos caerán nada más salir de la barcaza, pero debemos tener claro que el objetivo final se logrará. Saldremos adelante, también económicamente.
En CHALANA ya hemos empezado a comprobar los destrozos ocasionados por el virus al retomar proyectos que teníamos casi listos para lanzar antes del estallido del Covid-19. En algunos de estos casos la respuesta de nuestros clientes al contactarles tras el parón ha sido un cauteloso “vamos a esperar, a ver…” Esto es algo totalmente comprensible, aunque como explicaremos más adelante en este post, quizá no sea lo más recomendable en todos los casos.
Una vez asumido el problema, al ser algo que lamentablemente no podemos evitar (la crisis ya está aquí, es un hecho, y España será de los países que más sufrirá sus consecuencias) tan solo nos queda buscar la mejor forma de gestionarlo. Y esto no es poca cosa, ojo. Hay margen de maniobra, veamos por qué…
Evidentemente, como en tantos otros temas, no se puede generalizar. Cada sector ya ha empezado a sufrir esta crisis económica con diferente intensidad, habiendo sectores que se han visto y se verán incluso beneficiados (el farmacéutico, por citar uno). En cualquier caso, eso serán las excepciones que tan a menudo confirman la regla.
Dentro de los sectores más castigados, como puede ser el turístico, la hostelería y la restauración, habrá algunas empresas que lamentablemente no salgan adelante salvo milagro. Vaya con ellas nuestro ánimo y solidaridad por adelantado. Ninguna empresa, de ningún sector, está a salvo de caer ante lo que se avecina, en CHALANA somos muy conscientes de ello, y por eso desde la humildad y la determinación que nos aporta ser una agencia de nueva generación, nos animamos a compartir aquí estas tres breves reflexiones para tratar de afrontar lo mejor posible esta crisis. Son cosas que nosotros mismos aplicamos en nuestro día a día de agencia para poder seguir adelante, para poder seguir navegando “proa a la tormenta” sin rendirnos jamás.
1 Reducir costes y aumentar la inversión. Es fundamental. A menudo confundimos lo que es un coste y una inversión, en lo que se refiere al sentido estrictamente empresarial. Es momento de evitar lo superfluo, lo que no va a traer un retorno directo y medible a tu negocio en forma de facturación. Todo aquello que no traiga un retorno tangible, ahora más que nunca, es un coste, y debemos plantearnos seriamente el seguir gastando nuestro dinero en ello. Pero cuidado, no confundamos esto con cerrar “la hucha” totalmente, lo que supondría también terminar de un plumazo con la inversión. La inversión es y será más necesaria que nunca. Lógicamente cada empresa la afrontará en la medida de sus posibilidades, pero no olvidemos que la mayoría de los clientes no se tropiezan por casualidad y caen en nuestro negocio, sino que hay algo, ya sea emocional o racional, que los lleva a entrar en él, ya sea online u offline. En este sentido, el marketing digital será sin duda la opción más recomendable para aquellos clientes que necesitan tráfico en su tienda (sea física o virtual) y convertir a ventas. La digitalización de los negocios ya era imparable antes de todo esto, y esta crisis acelerará aún más esa transición.
Por poner un ejemplo concreto reciente: nosotros, en el momento más árido del confinamiento total, hemos logrado captar nuevos clientes dentro del sector más castigado por la situación: la restauración. Como ya es sabido, toda crisis supone siempre una oportunidad, y ante la necesidad de los restaurantes de reconvertir su negocio, orientándolo a la entrega de comida a domicilio, nuestras campañas de marketing digital de alto rendimiento han supuesto un fiel aliado a la hora de comunicar su nuevo servicio y captar clientes. Es un buen ejemplo de cómo un cliente que a pesar de verse obligado a recortar costes, se atreve a invertir y esto le permite obtener un retorno positivo de dicha inversión. Arriesgar siempre es difícil, y más aún en el contexto actual, pero si nos quedamos parados totalmente… mal asunto. Hay pocas cosas peores que arrepentirse de no haber intentado algo.
2 Fidelizar los clientes existentes. Quien tiene un cliente, tiene un tesoro. Eso siempre ha sido así, y ahora más si cabe, por razones evidentes. Ante el eterno debate de si es más sencillo captar o mantener, nosotros pensamos que “depende”. Hay muchos factores que influyen en eso, y no debemos generalizar. Según en qué negocios y sectores, según en qué canales nos movamos, será más difícil una cosa o la otra. Dicho esto, ante una crisis de la magnitud de la actual es muy complicado captar nuevos clientes, y por eso debemos esforzarnos al máximo para que no nos abandonen los que ya habíamos captado antes. Sin obsesionarnos, pero si los clientes se van, que sea “por su culpa”, no por la nuestra.
3 Centrarse en los sectores menos castigados. Aunque ya hemos comentado que las oportunidades de negocio pueden surgir incluso en los sectores más castigados, lo lógico será centrar nuestros esfuerzos comerciales en aquellos que estén sufriendo un menor castigo por parte de la crisis. Siempre es importante partir de una estrategia comercial con visión a medio y largo plazo, pero más aún en esta etapa porque la crisis durará bastante tiempo, y debemos sacar el máximo rendimiento a los esfuerzos que hagamos como empresa.
Al margen de los “sectores refugio” más obvios, como puede ser el sanitario, habrá que estar bien despiertos para detectar otros que puedan ser de interés para tu negocio. A veces la vida te da sorpresas. Sin ir más lejos, nosotros nos hemos sorprendido en la agencia al ver el rendimiento que han tenido durante el mes de abril las campañas de Google Ads que gestionamos para clientes del sector nutrición y arquitectura. Los indicadores de dichas campañas muestran un interés e interacción con los anuncios de estas empresas superior incluso al mostrado durante los meses anteriores al efecto Coronavirus.
En definitiva, la cosa se ha puesto fea y toca dar lo mejor de nosotros mismos como profesionales para sacar esto adelante. Siempre generosos en el esfuerzo y la disciplina, con ilusión, honestidad, determinación, cabeza fría y corazón caliente, porque como solemos decir por nuestra tierra natal, Galicia, “nunca choveu que non escampara”.
Breves respuestas a las grandes preguntas.
Así es cómo se titula la obra literaria póstuma del incomparable Stephen Hawking, y que hoy traemos a este blog con la ilusión de que os inspire, y que leáis un libro que básicamente recopila el legado de este físico teórico que revolucionó múltiples conceptos de la astrofísica, como el de los agujeros negros.
A pesar de lo que pueda parecer, su lectura es asumible también para los que no tenemos ni idea de física teórica, ya que aborda cuestiones tan concretas como si existe un Dios, si podemos predecir el futuro, qué hay dentro de un agujero negro, si nos superará la inteligencia artificial, si deberíamos colonizar otro planeta habitable, si es posible viajar en el tiempo, cómo empezó todo… y también si sobreviviremos en la Tierra a largo plazo.
Precisamente esta última cuestión encaja muy bien en la situación de pandemia global que estamos sufriendo por el Coronavirus. Respecto a eso, y respecto a la vida en el amplio sentido de la palabra, nos quedamos con el último párrafo de este libro, que esperamos que os haga disfrutar tanto como a nosotros:
“Así que recordemos mirar a las estrellas y no a los pies. Intentemos dar sentido a lo que vemos y preguntémonos qué es lo que hace que el universo exista. Seamos curiosos. Y por difícil que la vida pueda parecer, siempre hay algo que podemos hacer y conseguir. Importa que no nos rindamos. Demos rienda suelta a nuestra imaginación. Demos forma al futuro.”